viernes, 6 de junio de 2008

MORIR TRABAJANDO

Si la Seguridad es un “derecho natural”, y el conocimiento el “derecho del que no sabe”; tener gente bien educada, servicios profesionales de la prevención que “oriente correctamente”, que se “disminuyan los riesgos” en qué categoría del derecho lo ubicamos.

Sabemos que un trabajador no sólo bien protegido, sino que sabe lo que está haciendo NO SUFRE ACCIDENTES

Pero, cuando se baja información, campañas, conceptos de algunos sectores y de algunas autoridades, tan contradictoria, con intereses, sin interés, no tienen forma clara de hacer contención, de generar planes y/o acciones que disminuya los riesgos, resulta algo así como una búsqueda innecesaria de remedios mágicos.

La respuesta está en el diálogo, en “preguntar” a los profesionales que conocen los lugares de trabajo, que identifican los riesgos pero sobre conoce las particularidades de los individuos involucrados en “ese” trabajo.

Por más que las autoridades citen cifras, y cuánto es el porcentaje de la posibilidad de morirse trabajando; me atrevo a inferir como primer punto, que deben considerar al trabajador como “fácticamente ahi”, y “no en una situación locativa”, sino no se podrá arribar a ninguna solución.

La población debe considerar tambien que si el problema de la inseguridad es masivo, todos los actores están atravesados por el problema.

Saberse parte del problema nos permite pensarnos parte de la solución. Y digo que creo que ya no queda tiempo ni espacio como para seguir haciendo como que no pasa nada, o que no tenemos nada que ver ni hacer y, peor aún, seguir esperando a nuevos iluminados que nos digan qué hay que hacer.

Responder con MIEDO es la clara respuesta de la población a la falta de conocimiento, porque la gente percibe las contradicciones de la información que se baja.

Las distintas interpretaciones y por consiguiente las prácticas desvirtuadas que se vienen haciendo respecto de la aplicación de la Ley 19.587 y su Dec, fueron el dispositivo que han coadyuvado a construir este fracaso y, las autoridades lo saben, como saben también la escandalosa distancia que existe entre legislación y práctica.

Sugiero: En primer lugar, revisión de la Ley 19.587 y Decreto Reglamentario a los fines de ampliar sus ámbitos y alcances, Y por otra parte, que se considere TODOS LOS TITULOS DE HIGIENE Y SEGURIDAD OTORGADOS POR EL MINISTERIO DE EDUCACION, PER SE, HABILITANTES, liberando el conflicto entre ingenieros y técnicos, viendo estos últimos vulnerado el derecho a trabajar reconociéndose que la TÉCNICA ES UNIVERSAL, por último que se sancione a algunos profesionales que se agrupan monopolizando la fuente laboral y se dedican a vender sus firmas irresponsablemente y algunas Aseguradoras que autorizan obras sin leer los programas de trabajo, y envían estudiantes de la especialidad “pasantes” a inspeccionar obras. En nombre de los técnicos propongo a las autoridades un diálogo abierto para considerar estrategias pertinentes que atienda al problema del fracaso, superando el dilema de bajar la calidad profesional en virtud de unos pocos beneficiados y también propuestas de solución. En este artículo intento plantear la relación que existe entre el fracaso masivo (altos índices de siniestros) y esta construcción del trabajo “ideal,” que sea ha intentado consolidar.

Marta Trillini
Téc.Profesional
H y S
Mat. 2299

No hay comentarios: